¿Quieres casarte conmigo? – Me alejé y me puse a llorar…
Hoy, te quiero contar la vez que me pidieron matrimonio. Una historia un poco… extraña.
El contexto:
Como saben, soy cusqueña (Perú) y me fui a vivir a Lima cuando tenía 7 años porque a mi papá lo habían cambiado de trabajo.
Hasta mis 11 años pasé por 2 colegios antes de llegar al colegio donde estudié toda la secundaria. Mi mamá quería que estuviera en un “mejor” colegio para poder tener más oportunidades para ingresar a las universidades, un mejor inglés y por qué no, un tercer idioma: el francés (aunque ya no me acuerdo de absolutamente nada, más que j’e m’apelle y merci 😆 ).
Así que a mis 11 años me volvieron a cambiar de colegio al Santa Teresita. Para qué les voy a mentir, había chicos lindos ❤️. (una de las razones por las cuales estaba emocionada de entrar a ese colegio (😈).
En mi salón estaba Diego, uno de los chicos más altos que había en la clase, cabello negro y nariz marcada. Fue el primero que me gustó. Hasta un día me emocioné, cuando nos tomamos de la mano por una clase de danza (avergonzada). Yo estaba gritando de emoción internamente, y por fuera, poker face, obviamente.
Ese gusto me duró …. 6 meses? aprox. Hasta que lo ví.
Recuerdo exactamente dónde estaba, qué estaba usando, cómo estaba caminando. Todo. Flechazo a primera vista.
Tenía el cabello negro, negro. Alborotado. Alto. Su piel era recontra blanca y estaba utilizando la polera blanca del colegio que lo hacía ver más blanco todavía. Estaba caminando por el segundo piso (donde estaban las cases de 1ro a 3ro de secundaria). Lo miré, me miró y me sonrió…. (llévame señor )
Desde ahí siempre lo buscaba con la mirada. Cuando llegaba al colegio, en los recreos, en la salida.
Hice mi estrategia para conocerlo, claramente. Era el mejor amigo de Diego (obviamente, él ya no me gustaba). Así que el plan era ser la mejor amiga de Diego, para luego ser la mejor amiga de mi crush. Funcionó. Funcionó a la perfección porque en 3ro de secundaria nos volvimos enamorados (😈).
Debo decir que al inicio nos parecía súper raro. No podíamos creer que estuviéramos. A lo que me refiero fue que, pasamos de ser mejores amigos a ser enamorados y se nos hacía difícil entender la situación 😆.
Así, estudiamos felices y para siempre por 2 años más y luego la universidad. Él viajó a trabajar a Disney, volvió. Yo fui a trabajar a EEUU, volví. Sin novedades. Todos felices comiendo perdices.
Hasta que llegaron los 7-8 años de relación.
Debo aclarar, en este punto, que mi mamá me crió para ser una mujer fuerte e independiente. Para no esperar nada de nadie y que yo misma logre lo que yo quiero.
Aclarado este punto, prosigo.
Llegaron los 7-8 años de relación y mi enamorado de ese entonces me dice:
-“¿Qué pasa si te digo para casarnos?”
-“!!!!! ¿Qué? ¿Estás loco? No, no. Yo no me quiero casar. El matrimonio es como cadenas, y yo soy una mujer libre e independiente. No”
-“…”
Esta misma historia se repitió unas 2 veces más y luego no volvió a tocar más el tema.
Hasta que llegó el año 2015, noviembre. Ibamos a celebrar nuestro aniversario #9 y no quería ir a cenar lo de siempre: parrilla, comida italiana. Quería comer algo diferente. Quería comer comida coreana.
Así que él organizó todo. Me dio cita en una avenida cerca a nuestro colegio, diciéndome que había un restaurante coreano muy rico pero que era caleta. Así que me vestí bonito para la ocasión (con tacos) y nos encontramos a las 6pm.
De pronto, recibió una llamada de su hermano, indicando que estaba teniendo problemas con unos chicos en el colegio y que querían pelear (estaban jugando fútbol).
Así que nos dirigimos al colegio, para que pudiéramos ayudar y que no haya problemas.
Me parecía raro que mi enamorado no fuera corriendo, o sea “tu hermano está en problemas!”, y él me decía “Tranqui, ¿cómo te voy a dejar sola?”
Así que llegamos al colegio y… no había ninguna pelea.
¡Había una sorpresa!
No tengo la menor idea, pero había logrado que le dieran permiso para tener nuestra cena en el colegio. Sí, en el colegio.
Eran las 6:30 pm por lo que no había clases. Solo estaban los chicos externos que alquilaban las canchas para jugar fútbol. Y que no pasaban por donde estábamos porque … Había puesto un cordón para que no se cruzarán! 😆
Así que sí. Tuvimos nuestra cena en el colegio. Aunque él siempre fue de sorpresas, nunca me imaginé que íbamos a cenar en el colegio.
Sin embargo, antes de cenar él tenía un juego para mí.
-“Te voy a hacer 3 preguntas. Por cada respuesta correcta, te vas a llevar un regalo”
-“Ok”
-“Primera pregunta: ¿a qué hora te dije para estar?”
-“mmm habíamos terminado las clases, así que ya estábamos saliendo… más o menos a las 3:30 pm”
-“Toma tu primer regalo”
-“¡Yay!”
-“Segunda pregunta: ¿dónde te dije para estar?”
-“mmm” – ví que estábamos en las canchas de frontón, así que me moví un poco y me coloqué en el sitio donde me dijo para estar – “aquí”
-“Muy bien, va tu segundo regalo”
-“❤️”
-“Tercera pregunta: ¿cuál fue la promesa que hicimos antes de estar juntos?”
-(Cómo si estuviera recitando algo) “aunque nos separemos y ya no estemos juntos, hay que mantener nuestra amistad porque es bien chévere estar contigo”
-“Toma tu tercer regalo”
De pronto, sentí que había algo raro. Me dio miedo. El ambiente cambió, y vi que él mantuvo la respiración. Mantuve la respiración. ¿Qué pasa?. Él dio un paso hacia atrás, mirándome fijamente y se arrodilló.
-“Quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Te casarías conmigo?”
Yo, estaba petrificada. Mis ojos eran como platos mirándolo fijamente. Me di la vuelta y me fui, llorando.
Yo solo pensaba. “¿Por qué me hace esta pregunta? ¿Por qué, si él sabe que no me quiero casar? ¿Por qué me está haciendo esto? ¡El matrimonio es como unas cadenas! ¿Por qué no me entiende?”…….”pero, si quiero estar con él. No me imagino no estar con él. Me hace feliz, me hace reír y me entiende, ¿qué hago? No quiero que todo lo que hemos vivido sea para nada, no quiero”
Así que me di la vuelta, él estaba parado mirándome. No recuerdo cuál era su expresión. Yo solo me dirigí hacia él y lo abracé. No podía dejar de llorar, así que acepté en silencio (😆), él me abrazó.
Comenzamos a cenar, comida coreana, claro está, y él me pregunta:
-“Al final, ¿aceptaste o no? no me diste ninguna respuesta”
-“jajajaja si! ¿ya hablaste con mis papás?”
-“No, no sabía si ibas a aceptar. Siempre me decías que no te querías casar. Así que mis posibilidades eran 50-50. Solo me arriesgué”
-“aaah”
-“Yo sé que no te quieres casar y que tienes ideas raras sobre el matrimonio. Así que, yo no tengo problemas si al final te quieres casar dentro de 2 años, 5 o 10. Yo te voy a esperar… sólo me quería asegurar”
-“JAJAJAJAJAJAJAJAJA, bueno ahora no tengo otra opción 😉 ”
Y bueno, un año más tarde me dieron ganas de casarme. (Acá hay otra historia 🙂 porque no se cumplieron los tiempos “regulares” estipulados 😆)
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Cada vez que nos pedían contar nuestra historia de cómo nos comprometimos, siempre le pedía a mi hoy esposo, que lo cuente. Porque lo cuenta chévere con efectos especiales y todo.
Pero hoy, decidí contarlo y escribirlo yo y me di cuenta de algo. No sabía lo que quería exactamente hasta que me hicieron una pregunta de sí o no.
No tenía claro que quería pasar el resto de mi vida con él, hasta que me hizo la pregunta de la cual yo estaba escapando. Ahí me di cuenta de lo que realmente estaba buscando.
Así que, lo que quiero decir es: no siempre vas a tener claro lo que realmente quieres, hasta que te encuentres frente a una situación donde tienes que decidir: o permanecer o dejar ir.
Evalúa, y escúchate a ti mismo. Tú siempre vas a decidir qué es lo mejor para ti.
Atrévete, decide y avanza.
Bungee 🌵
Yo estuve ahi!!! Y fueron los 10 segundos mas largos de mi vida. No tenia ninguna expresión en mi cara, era blanca solo esperando a una respuesta positiva.
Es bonito leerlo de tu parte, me hace feliz, pero si, yo lo cuento mejor🤭🤪.
Ps. Diego era uno de mis grandes amigos pero no el mejor ese siempre fue carlos 🙂
Tenemos la misma experiencia! chócala xD